Creo que no tengo nada más que ofrecer aparte de abrazos, besos y sexo. Perdón. No tengo sentido de responsabilidad y ahora me duele. Pensé que no puedes pedirme que actúe bien si llevo años actuando mal. No es como si por encontrarnos, se me arreglara la vida por completo. En algunos aspectos sí, obvio. Pero no en todos. Mi desastre me puede y he tratado de arreglarlo.
Tampoco creo poder conversar. Tengo esta ficción de que soy inteligente y puedo hablar de mucho. Pero en la práctica me quedo estúpida, prefiero no aventurar nada a pesar de tener la respuesta correcta en la boca. (A pesar de creer tener la respuesta correcta en la boca). Perdón por eso también. Perdón por todavía no agarrar tu ritmo. Ya compartiremos intertextualidad, tenemos todo el tiempo del mundo (nuestro lema). Pero aún me cuesta y por eso lo siento.
Perdón a mí por echarme la culpa de todo. Perdón, sicóloga. Lo intento. Perdón, Ayline. Es que te detesto y me cuesta creerte constantemente capaz de cosas positivas, porque muchas veces decepcionas. Y decepcionas y lloras. Das asco.
En fin. Todo va mejor, pese a nuestros abruptos finales. Mejor que solos. A veces (me lo imagino yo, sola) molestos... Pero sí, llenos de amor. Porque te adoro.
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