domingo, 15 de febrero de 2015

Soñé, entre otras estupideces, que teníamos que bajar por un tobogán mojado y viejo para llegar al autobús, pero después de bajar, se me ocurrió revisar el tobogán, y estaba lleno de animales destrozados por nuestra intempestuosa bajada... pero eran animales de cocktail, todos enanos.
Vi un nido lleno de huevos, la mayoría estaba en buen estado, y de alguna manera supe que eran de pingüino, y que estaban a punto de romperse, así que saqué uno para ayudar al polluelo a nacer. Se quebró y saqué toda la cáscara, y se mostró un feto que en un segundo se desarrolló a un pingüinito sano... yo no cabía en mí de la emoción por haber visto la vida en medio de tanta destrucción. Busqué a la mamá pingüino porque me pareció haberla visto escabullirse, y la encontré tirada. Como temía, había resultado herida, y un dramático charco de sangre manaba de su cabeza. Le acerqué el bebé pingüino para ver si reaccionaba y se curaba mágicamente para cuidar a su hijo, pero pasó algo que todavía ahora me saca de mis cabales. La mamá pingüino se levantó repentinamente y corrió detrás del bebé que quiso escapar, pero ella lo atrapó y lo atacó con violentos aletazos que terminaron matándolo. Yo lloraba, y no entendía lo que había pasado.